miércoles, 29 de julio de 2009

Eros sónico


I

Con mucho cuidado trato de no lastimarme el tímpano;

II

que la uña no perfore el silencio de escucharme; de proferir el sigilo que hay en mí cuando me tientan las palabras:

III

por eso disfruto mientras mi dedo llega muy próximo al oído y se produce una catarata de murmullos, orquestaciones internas, una torrencial música que se hace palabra al quedarnos sordos.

IV

Con mucho cuidado trato de no lastimarme el tímpano,

V

esto ocurre cada vez cuando oigo que estás en mí y no hablás, para que los espíritus de la cama atraviesen la noche donde el ruido del corazón ya no sabrá cómo despertarnos.

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