lunes, 17 de agosto de 2009

De islas II

I
Las precipitaciones de la curiosidad nos llevan al borde de las islas, y desde ahí se configura una idea más clara de los abismos que justifican la existencia de estas porciones de tierra que se adelantaron al agua para no ceder ante la plana mano del cielo
II
que sobó las aguas como para acarician el vacío alegre de ver otro cielo con la cara limpia, pura, extensamente sonora, habitada por peces maestros en devolverle al aire la costumbre de sentirse libre en la quijada del silencio llamado a descifrar lo innombrable.
Carlos Calero

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